jueves, 29 de octubre de 2015

Ángel Huanca Coronado, una historia de superación. PARTE 2



Volvimos a entrevistar a Ángel, un ejemplo de que con perseverancia, confianza y trabajo todo es posible, para que nos cuente más de su conmovedora historia: 


1- ¿Cómo era tu vida en Perú?
Yo vivía detrás de un cerro, a 7 km de una pequeña ciudad y para ir al colegio tenía que caminar una hora y media a pie. Como uno está acostumbrado a levantarse a cierto horario y a caminar todo eso, era lindo ir al colegio. Cuando se sufría era en épocas de lluvia, porque tenías que pasar por un camino en donde había un río bien grande y, aunque hoy en día pusieron un puente para que los niños crucen, antes para cruzar ese río  nos agarrábamos de la mano, si no el río te llevaba, adelante siempre iba un adulto. Para cruzarlo nos sacábamos los zapatos y los pantalones, así no nos mojábamos tanto.


2- ¿Te acordás algo más de tu infancia?
Cuando era chiquito mi mamá me compraba un lápiz para que lleve al colegio y con un cuchillo lo dividía en 2 para que no lo perdiera ¿mirá si me daba un lápiz nuevo, enterito y yo iba y lo perdía? después no tenía para escribir y mi mamá tampoco tenía plata para poder comprar otro lápiz. Perder un lápiz allá era como perder un auto o una motocicleta acá. También recuerdo que le suplicaba a mi mamá para que me comprara un auto de juguete, pero como no había plata no podía, entonces yo agarraba una lata de sardinas, le amarraba una pitita y me imaginaba que era un auto. También me acuerdo que cuando yo iba a la escuela en el campo, te daban una tolerancia de 5 minutos para llegar tarde. Había siempre un portero en la puerta que  te hacía "pum" con un chipote que tenía el en la mano si llegabas tarde, era la costumbre así y tenían que llegar todos puntual y si uno se tardaba tenía que ir con sus padres a justificar, obviamente ahí no te pegaban porque venías con tus padres.  Ahora yo escucho de mi hija que se ratea y no pasa nada,  allá si uno faltaba a la escuela tenía que traer a sus padres y si no, adelante de todos los compañeros te daban un chipotazo. No sé si ustedes han visto estos días la gente de Bolivia y a gente de mi tierra también que festejaron en 9 de julio las danzas típicas, esa es parte de nuestra cultura.


3- ¿Por qué viniste a Argentina?
Yo era joven, terminé el secundario con 16 años, en  1993.  Entre 1995 y 1996 estuve en el ejército. Cuando lo terminé volví a mi pueblo y me quedé sin plata y sin oportunidades. En esas épocas el gobierno no llegaba, no había apoyo para los jóvenes.  No me quedó otra que venirme para buscar oportunidades. Cuando llegue comencé a trabajar en costura. Estoy aquí desde fines del año 1997, hace 18 años más o menos, en mi tierra viví la mitad de mi vida y ahora estoy viviendo la otra mitad.



4-¿Trabajaste durante tu infancia?
Sí, trabaje desde los 13 años, así que como te imaginarás no tuve mucha infancia. No trabajaba muchas horas, llegaba del colegio, hacía mi tarea y me ponía a trabajar, durante 2 o 3 horas. Yo comencé a trabajar por necesidad. Cuando uno es niño, piensa en jugar, igualmente el trabajo para mí no es una obligación, es una pasión.


5-  ¿Cuál fue tu primer trabajo en Argentina?
El primer trabajo que tuve en Argentina fue en un taller de costura. Hoy en día veo lo que sale en los noticieros de los talleres y quiero decir que al menos a mí jamás me obligaron a trabajar ni me sacaron los documentos para que me quedara en el país, aunque sí es verdad que trabajaba en negro. Hoy en día sigo trabajando en lo textil, pero ya estoy en blanco.  



6- ¿Cómo te sentís al haber logrado ser un empresario del trabajo textil?
Hay veces que ni yo me lo creo, jamás soñé llegar hasta acá, pero con la ayuda de los libros y viendo las noticias, uno se va informando y aprendiendo, y se va superando. No hay obstáculo para nadie, sino que el obstáculo se lo pone uno mismo, por eso todos deberían intentar superarse a sí mismos en esta vida.



7- ¿Cómo llegaste a donde estás hoy en día con tu trabajo?
Hay mucha gente que está acostumbrada a no pagar los impuestos, y cuando quise agrandar mi empresa, yo decidí pagarlos y cumplir con la ley. Porque así no tienes nada que esconder. Así se llega hasta donde uno quiere, como te dije, yo antes vivía detrás de un cerro y hoy estoy aquí, en la ciudad. Me siento orgulloso de mí mismo, terminé la secundaria sin reprobar nada. Yo estudiaba y trabajaba a la vez, a mis 13 años ya trabajaba de costurero y hoy en día sigo trabajando de eso. 



8- ¿Querés decir algo más?
Cada país, cada pueblo y cada provincia tiene su cultura y me parece que habría que respetarlas más. Estaría muy lindo que cada uno traiga sus culturas y las cuente para que las sepamos y conozcamos un poco más y que las podamos respetar.

                                                         
    Candela Robles. Milagros Rodriguez y Sofia Lupes.

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